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Sangre verde

Hace menos de un año, los Brooklyn Nets eliminaron a los Boston Celtics en la primera ronda de los playoff 2021. Aquel 1-4 en contra fue lapidario y determinante para la franquicia de Massachusetts, que decidió cambiar los caminos para alcanzar sus objetivos.

De aquel junio de 2021 a este abril de 2022 se nota que los caminos elegidos fueron los correctos, porque nunca desviaron el rumbo: Ser competitivos y llegar lo más lejos posible sin dejar de respetar el estilo. Quizás por eso, el “emoji hastag” de Boston en Twitter sea #BleedGreen (sangra en verde).

Tras la pronta eliminación, Danny Ainge dio un paso al costado como Manager del equipo, y el que asumió el rol de mandamás basquetbolístico fue nada menos que Brad Stevens, quien debió dejar libre el “buzo” de entrenador.

El joven Stevens venía de dirigir ocho temporadas, y en siete clasificó a los Celtics a los playoffs (alcanzó tres finales de conferencia). Nombró como su sucesor a Ime Udoka, ex jugador de vasta experiencia como asistente técnico de Gregg Popovich en San Antonio (2012/2019), Brett Brown en Philadelphia (2019/20) y Steve Nash en Brooklyn (2020/21).

El equipo de Doc Rivers campeón en 2008 y armado por Ainge desde la dirigencia, lideró a la NBA permitiendo apenas 99.7 puntos cada 100 posesiones. Hoy, estos Celtics que vuelven a dar la nota barriendo a un “cuco” - que tuvo una temporada turbulenta, es cierto – también hace de la defensa su carta de presentación: Encabezó la liga con un ratio defensivo de 106.2 puntos cada 100 posesiones.

Y fue con su postura y contracción defensiva con la que los Celtics borraron del mapa de playoff a los Nets, y uno de los que más lo sufrió fue Kevin Durant; la “custodia” sobre “KD” fue determinante en el desarrollo de la serie.

Si bien anoche el dos veces campeón de la NBA con los Warriors sostuvo a su equipo y lo mantuvo en partido (39 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes en 47 minutos), llegó al Barclays Center con un promedio de 36.5% de cancha y 5.7 pérdidas tras los primeros tres encuentros, en los que lanzó 19/52 (en fase regular tiró para un 51.8%, incluido un 38.3% en triples).

Una semana antes del primer partido de esta serie, los Celtics vencieron a los Memphis Grizzlies139-110 y mantuvieron su segundo puesto, a sabiendas que podrían tener enfrente al equipo que nadie quería enfrentar. “Para nosotros es gracioso”, dice Marcus Smart. “No queremos esquivar a nadie”.

“No puedo creerlo, en absoluto, pero pienso que es para lo que fuimos armados”, sostiene Jason Tatum, líder principal de un equipo con más de un nombre relevante. Ante Brooklyn encabezó a los Celtics con un promedio de 29.5 puntos (45.6% de cancha), al tiempo que también bajó 4.5 rebotes, repartió 7.3 asistencias y robó 1.8 por partido.

Los Celtics se sacaron de encima una parada bravísima, y lo que viene no será más liviano: Esperan por el ganador de la serie entre Milwaukee Bucks y los Chicago Bulls, que por el momento favorece a los campeones defensores 3-1.

Cualquiera sea el equipo que tenga enfrente, Boston conoce muy bien el camino: El de su sangre verde.

Sebastián Ciano
@Seba_Ciano
www.pickandroll.com.ar

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